Los ahorcados son un péndulo:
de una mecida a otra
brincan de la vida a la muerte
mientras la inercia sigue meciendo el cuerpo inerte...
T. T.
En la noche
un mal jazz
un mal blues
un rock lento y pesado que tropieza en sí mismo,
no da el tono, no alza:
viento bronco en el pecho y estropajo en la voz.
En la noche un mal jazz
y un mal recuerdo en una memoria mala,
un mal rock y un recuerdo rebelde:
no cuaja, no se deja, no suelta el hilván,
no da y reclama:
niña de sonrisa de sí
que se esfuma en la tarde
meciéndose
meciéndose,
y se esfuma a nuestro pesar
por falta de experiencia,
por falta de práctica, por falta de tino...
Es
apenas
el tiempo que dura una visión...
Repentino relámpago –el amor
–o el tedio que ha de servir para colgarte.
¿Hay que decir, primero, las largas caminatas
en que estuve pensando en tu lujuria?
¿O me instalo de plano en el meollo de la emoción?
¡Basta! Debo tirarme de cabeza a tu sexo
como al sagrado cenote de la muerte. Eso.
En la noche
un mal jazz
un mal blues
un rock más triste que una llovizna en un día de adiós...
Un mal rock y un recuerdo que baila
con la música mala,
un recuerdo que te entra
fina aguja
y se instala
leño feroz, tajo a machete
que te parte y te cuelga
los collares de la desolación...